Noticias Unisimón
Junio 22, 2022
También cursa actualmente una maestría en Derecho Internacional Humanitario, Derechos Humanos y Derecho Operacional en la Universidad Nebrija (España).
Wendy María del Carmen Parada Suárez es una joven de 24 años. A esa edad se podría decir que la mayoría de sus amigos están terminando con los compromisos académicos de su pregrado: la carrera profesional que decidieron realizar en la escala de los ciclos o niveles de la educación en Colombia. Pero ella rompe los estándares; simultáneamente eligió estudiar Derecho y Psicología… ¡en dos universidades!
La carrera de Derecho la realizó en la Universidad Libre y la de Psicología, en la Universidad Simón Bolívar. Geográficamente separadas y con identidades institucionales diferentes, Wendy se le midió a este gran reto ante las dos casas de estudio. Decidió ampliar su conocimiento, que en palabras de ella, “consistió en fusionar estas dos áreas del saber por ser compatibles y multidisciplinares y así comprender el comportamiento humano y analizarlo, identificar los factores que inciden en el individuo y todas las percepciones adquiridas desde la experiencia mediante la interacción social.”
Escucharla es abrir un libro que tiene innumerables páginas por escribir. Es evidente el entusiasmo y la emoción cuando expresa con conceptos teóricos la complejidad del ser humano, desde las leyes y el estudio de su comportamiento.
A pesar del buen legado académico y profesional que heredó de sus padres, Wendy nunca planeó estudiar ambas carreras. “Las cosas se fueron dando”, dijo, pues empezó con Derecho e Investigación Criminal, “dado que todo ser humano, desde su perspectiva, debe conocer cuáles son sus derechos, sus obligaciones y sus deberes para la sociedad, para el Estado y el Estado hacia las personas.”
Luego de transcurridos los primeros momentos de la carrera profesional, como una líder estudiante de Derecho que poco a poco iba formándose, la investigación cautivó su atención y empezó a indagar sobre lo que se podía intervenir y conocer desde la psicología, lo cual la motivó y despertó en ella una nueva pasión: decidió inscribirse simultáneamente en el programa académico de Psicología.
La joven cucuteña considera como pilar determinante, enfatizar sus dos profesiones en la práctica laborando con personas que se encuentran en condición de vulnerabilidad, contribuyendo de esta manera a que tengan un trato digno. Una de sus metas a futuro es convertirse en una catalizadora de cambios y hacer felices a las personas que la rodean.
Doble compromiso, doble satisfacción
Sus años en las dos universidades no fueron nada fáciles. Los compromisos se duplicaban por tener que responder ante las tareas, trabajos, parciales y procesos académicos de las dos Instituciones de Educación Superior. Pero lo superó con creces y reconocimientos. Su estructurada y juiciosa agenda no dejó que se le escapara ningún detalle para proyectarse como la mejor.
En Derecho tuvo un porcentaje del 95% sobre 100% en la prueba Ecaes, por lo tanto la eximieron de los preparatorios (cinco exámenes orales de todo lo visto durante la carrera). Por su parte, en Psicología, a partir del cuarto hasta el séptimo semestre fue monitora académica, un rol en el cual los estudiantes destacados apoyan a sus demás compañeros en determinados temas de refuerzo. Posteriormente, se vinculó al Semillero de Investigación Psicoex, el cual le ayudó a formarse en el proceso intelectual y experimental que implica la investigación científica, y a su vez, le permitió participar en la RedCOLSI a nivel territorial y regional, poniendo en común sus aportes frente a estudiantes de talla nacional. Así mismo, en varias ocasiones ocupó los primeros lugares en el cuadro de honor por su buen desempeño académico.
Culminando el octavo semestre accedió al programa de movilidad académica en la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL). Allí logró tener conexiones para iniciar un diplomado en Psicoterapia Cognitiva Conductual en el Centro Internacional de Posgrados en la Universidad de CEUSS (México) el cual actualmente alterna con una maestría en Derecho Internacional Humanitario, Derechos Humanos y Derecho Operacional de la Universidad Nebrija de España.
La disciplina como estilo de vida
Desde sus primeros años de vida Wendy adoptó hábitos en cada proyecto como la disciplina, la planeación, ejecutar las actividades desde un cronograma ordenado, partir con una clara motivación y proyectarse hacia la meta.
Los padres de Wendy siempre han apoyado sus decisiones, son sus más cercanos amigos e incluso, es colega de su papá, quien es un reconocido abogado de la región nortesantanderana.
La egresada Unisimón también incursionó en el aprendizaje de un segundo idioma dado que, según lo manifestó, contribuye al crecimiento profesional y a destacarse a nivel nacional e internacional.
“Salir de la zona de confort nos permite conocer otros espacios, otras personas y abrirnos al mundo. Hay que decirse a uno mismo: ‘yo soy capaz y yo puedo, aunque tuve que superar muchos obstáculos estoy aquí para cumplir mis sueños’”, aconsejó la joven abogada y psicóloga, mientras prepara la revisión de algunos documentos de la tesis de la maestría, el título que muy pronto se sumará a su imparable récord académico.
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