Columna publicada el 13 de septiembre de 2021 en El Heraldo

Las últimas estadísticas de pobreza multidimensional en Colombia promulgadas por el DANE el pasado 2 de septiembre, ratifican que cada vez más personas entran a esta paupérrima realidad social llena de privaciones y limitaciones, como reflejo del claro desmedro de la calidad de vida de buena parte de la población. Este índice engloba las diversas carencias que puede padecer un hogar de manera simultánea, como un espejo de sus condiciones de pobreza, evaluado a partir de dimensiones de gran relevancia como la educación, salud, niñez y juventud, empleo y vivienda. 

Estas dimensiones contienen, a su vez, 15 indicadores: las condiciones educativas (analfabetismo y bajo logro educativo), las condiciones de la niñez y juventud (inasistencia escolar, rezago escolar, barreras de acceso a servicios de cuidado de primera infancia y trabajo infantil), trabajo (trabajo informal y desempleo de larga duración), salud (sin aseguramiento a salud y barreras de acceso a salud dada una necesidad), vivienda y servicios públicos (sin acceso a fuente de agua mejorada, inadecuada eliminación de excretas, material inadecuado de pisos, material inadecuado de paredes y hacinamiento crítico). 

Con relación a 2019, el Índice de Pobreza Multidimensional creció en 0,6 puntos porcentuales, es decir, de 8,56 millones de personas (17,5 % de la población) en esta condición a 9,04 millones (18,1%) en 2020. El panorama es más preocupante si se discrimina por la ubicación de la población: en las cabeceras municipales del país, donde el aumento fue de 0,2 puntos porcentuales, pasó de 12,3% en 2019 a 12,5% en 2020; mientras que en las zonas catalogadas como centros poblados y rural disperso el índice creció 2,6 puntos porcentuales: de 34,5% en 2019 alcanzó el 37,1% en 2020. La pobreza rural triplica a la de las cabeceras.

Dentro de la medición también llama la atención que los hogares donde por lo menos uno de sus integrantes es migrante venezolano, el índice nacional para 2020 creció 3,1 puntos porcentuales y se ubica en 44,2 %, una situación sumamente compleja y que va empeorando.

Sobre el abordaje de la Agenda 2030 de Desarrollo Sostenible, las Naciones Unidas han planteado que la respuesta a problemas multidimensionales requiere planear y poner en marcha políticas públicas integradas que promuevan la superación de miradas focalizadas y permitan sinergias intersectoriales entre ministerios, agencias gubernamentales, sector privado y comunidad en general, en temas priorizados y vitales a lo largo del ciclo de vida de las personas. Además, recomiendan una mayor articulación territorial que responda a la heterogeneidad de cada país y la consolidación de políticas de protección social, entre otras.

En estos álgidos momentos que discurren de la elección presidencial se hace necesario que los aspirantes definan en sus agendas y programas de gobierno proyectos y compromisos efectivos que permitan, de manera trascendente, la disminución de estas escandalosas cifras de colombianos inmersos en la ignominiosa pobreza multidimensional.